COMEDIANTES VIAJEROS A INDIAS: UN CONTRATO DE
1743.
Juan Salguero Triviño
Las primeras noticias que se tienen sobre la creación de un teatro permanente en España, sustitutos de los primitivos corrales de comedias gestionados por las cofradías y los hospitales, se remontan a la segunda mitad del siglo XVI. Tras la creación en Madrid de un teatro permanente por parte de la cofradía de la Pasión, surgen en toda la Península Ibérica, iniciativas de las diferentes ciudades para construir y disponer de un teatro estable que permitiera a los ciudadanos, y especialmente a las familias nobles o adineradas, disfrutar de la diversión del teatro, a imitación de lo que se hacía en la corte madrileña[1].
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El Archivo General de Indias conserva un
legajo que nos permite documentar uno de estos viajes, realizados a mediados del
siglo XVIII (cuando ya en España se habían cerrado numerosos coliseos por la
oposición de la Iglesia a las representaciones teatrales), por una compañía,
formada para este fin.
Se trata del legajo que tiene la siguiente
signatura: CONTRATACIÓN, 5486, N.3, R,15., y cuyo contenido vamos a comentar.
Se inicia con un documento dirigido al Sr.
Presidente y Ministros del tribunal de la Casa de Contratación, fechado en 4 de
diciembre de 1742 y firmado por Fernando Triviño, el que se señala, cómo por Real Cédula del
mes de marzo pasado se había concedido licencia a don José de Cárdenas, que era
el “mayordomo del Hospital Real de los Indios de la ciudad de México”
autorizándole a que pudiera embarcarse con seis músicos y comediantes, para
representar en el teatro regentado por dicho hospital:
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Por la misma Real Cédula se le dispensaba de
cumplir determinadas formalidades que se exigían por la Casa de Contratación a
las personas que pretendieran embarcarse con destino a las Américas -tales como
el certificado de bautismo-, al tratarse algunos de ellos de personas que,
habiendo nacido en diferentes lugares de los reinos castellanos, el trámite de
este certificado les resultaría largo y costoso de obtener. Por otro lado se
dispensaba también a otros de su condición de extranjeros, requisito que en
otros casos habría sido imposible de incumplir.
“se les excuse de presentar fe de bautismo
por ser extranjeros o no dar tiempo a requerirla de sus respectivos lugares
(...) concede les baste se haga constar que son cristianos cathólicos (...) por
medio de una información recibida en esa ciudad y de testigos fidedignos, de la
misma suerte que en la dicha Cédula se les dispensa de la calidad de
extranjeros y de que hagan en sus patrias las informaciones de sus naturalezas
y vecindades...”
Siguen a éste, otros diversos documentos recogidos en el expediente, cuyos trámites se alargan hasta abril de 1743, tales como los citados informes de testigos sobre las diferentes personas que pretendían embarcarse para Indias, las fes de bautismos o las declaraciones de ser cristianos católicos, diversos escritos solicitando la inclusión de determinadas personas, etc.
Siguen a éste, otros diversos documentos recogidos en el expediente, cuyos trámites se alargan hasta abril de 1743, tales como los citados informes de testigos sobre las diferentes personas que pretendían embarcarse para Indias, las fes de bautismos o las declaraciones de ser cristianos católicos, diversos escritos solicitando la inclusión de determinadas personas, etc.
Todo ello nos lleva a conocer que esta
petición se extendía para:
“seis sujetos, de habilidad músicos y
comediantes, ajustados y costeados de cuenta del expresado Hospital, con la
precisa circunstancia de hacer constar en este tribunal el ajuste que hubiesen
hecho, y libertad de sus personas, o que en el caso de ser casados lleven a sus
mujeres, o presenten su consentimiento dispensándoles la circunstancia de
extranjeros en atención a lo que en la misma Real Cédula consta y se expresa y
que para los que tuviesen fee de bautismo bastara se haga constar el ser
cristiano cathólico por medio de una información que ofrezcan y se les reciba
es esta ciudad...”.
La primera petición se refiere a Ignacio
Jerusalem, músico y comediante, que debe viajar acompañado de su esposa y dos
hijos:
“... que son Ignacio Jerusalem, casado con
Antonia Sixto, su legítima mujer que va en su compañía y juntamente dos hijos
de los susodichos que son Salvador y Isabel Jerusalem, el primero de seis años,
rubio, y la segunda de cinco, morena, de quienes mediante a no tener fe de
bautismo y ser extranjeros ofrezco información de ser cristianos católicos
casados según el orden de Nuestra Santa
Iglesia”.
Otro de los comediantes a quienes se solicita
permiso de viaje es también extranjero:
“... Juan Arestín, francés de nación, de
quien se muestra fe de bautismo en justificar de ser cristiano cathólico, el
qual es soltero...”
Como hemos dicho, finalmente se conceden los
permisos de embarque con fecha 8 de abril de 1743, de manera que “...puedan salir en cualquier navío con
destino al puerto de la Vera Cruz...”
De la consulta de todos los documentos
contenidos en el citado legajo, la lista y oficios de los citados comediantes
queda así conformada de la siguiente manera:
I Ignacio
Jerusalem, músico y comediante, natural de Lecha (Nápoles).
·
Antonia
Sixto, su mujer.
·
Salvador
Jerusalem, natural de Cataluña, hijo de ambos.
·
Isabel
Jerusalém, natural de Ceuta, también hija de Ignacio Jerusalem y Antonia Sixto.
·
Juan
Arestin, músico y comediante, natural de Aix (Provenza).
·
Andrés de
Espinosa, músico y comediante, natural de Bastida (¿Alava?).
·
Juan
Ordóñez, músico y comediante.
·
Isabel
Gamara, su mujer.
·
Josefa
Ordóñez, Vicenta Ordóñez, Maribel Ordóñez y Luis Ordóñez, todos hijos de los anteriores
Juan Ordóñez e Isabel Gamara.
·
Gregorio
Panseco, músico y comediante.
·
José
Pissoni, músico y comediante, natural de Milán.
·
Francisco
Muñoz, músico y comediante.
·
Francisco
Rueda, músico y comediante.
·
Petronila
Ordóñez, música y comediante, su mujer.
·
José Rueda,
hijo de ambos.
De todos ellos el DICAT[3]
sólo ofrece información anterior sobre el comediante Juan Ordóñez y su mujer
Isabel Gamarra. El resto de componentes de esta compañía formada para viajar a
México no debían ser actores muy conocidos en la época, por cuanto no se les ha
podido documentar como tales, a diferencia de los dos ya citados, de quienes
tenemos interesantes datos.
En 1712 seguía haciendo papeles de “quinto
galán” en la compañía de Juan Garcés, en Madrid[5].
No se le ha vuelto a documentar hasta ahora
que lo encontramos, en compañía de su mujer y cuatro de sus hijos, preparado
para viajar a tierras americanas en 1743, lo que nos permite encontrarlo de
nuevo, debiendo andar ya cercano a los 60 años, que después de haber estado
representando por los diversos teatrs de comedias de la península, se ofrece
ahora para pasar a tierras del Nuevo Mundo en busca de nuevas oportunidades
para seguir desempeñando su profesor de actor.
Estaba casado con Isabel Gamarra, también
comediante, a quien debió conocer al formar
parte de la misma compañía en 1707. Efectivamente, en esa fecha Isabel
Gamarra (junto a sus padres Antonio Gamarra, “primer barba”, y Rosa Tello, “quinta
dama”), formaba parte de la compañía de
Juan de Chaves, donde hacía los papeles de “quinta dama”. En esta misma
compañía se documenta a Juan Ordóñez[6].
En 1712 figuran ya como casados, aunque viven
unos años separados, ya que ella pasó un tiempo representando en Portugal y
luego, más parece por el asunto que ahora veremos que por vocación religiosa,
se hizo monja y tomó los hábitos en Lisboa en 1718.
Informaciones que nos aportan las profesoras
Piedad Bolaños y Mercedes de los Reyes[7]
nos permiten conocer que esta actriz debió llevar una vida más ajetreada de lo
que se deduce de los anteriores datos, ya que, durante su estancia en Portugal,
estando casada con Juan Ordóñez, mantuvo relaciones maritales con el Marqués de
Gouveia, quien estaba totalmente entregado a los amores de la actriz, aunque
ella en realidad amaba secretamente a Valentín da Costa (quien sufrió dos
intentos de asesinato a causa de los celos del marques). El caso es que, no
sabemos si a consecuencia de estos amores, la actriz toma la repentina y
temporal decisión de tomar los hábitos en Lisboa con toda notoriedad, “con
grande ostentación, jamás vista, asistiendo toda la grandeza de aquella corte y
músicos”.[8]
Sin embargo, al fallecer el Marqués en 1723,
Isabel, después de seis años como monja, trató de anular sus votos religiosos;
al no conseguirlo, huyó a Madrid donde volvió de nuevo al mundo del teatro con
su marido Juan Ordóñez.
A ambos los encontramos, de edad avanzada,
con sus hijos (también dedicados al arte de representar, con toda seguridad,
aunque no haya menciones a ellos en otros documentos teatrales de la época)
buscando nuevas oportunidades en tierras americanas.
[1]
Es muy extensa la bibliografía sobre la actividad teatral en diferentes ciudades españolas durante el
Siglo de Oro, la construcción de sus teatros y coliseos y las compañías de comedias
que los visitaron. A este respeto se puede consultar la siguiente obra: José
María Díez Borque (Dir.) Teatros en el
Siglo de Oro: corrales y coliseos en la Península Ibérica, Cuadernos de
Teatro Clásico 6, Compañía Nacional de Teatro Clásico, Madrid, 2007. Para el
caso de la ciudad de Jerez de la Frontera, ver: Juan Salguero Triviño, La Casa de las Comedias y la actividad
teatral en Jerez de la Frontera durante el siglo XVII. Editorial Universidad de Sevilla, Sevilla,
2016.
[2]
Para el caso americano, ver: Mercedes de los Reyes, concepción Reverte Bernal (
Coord.), América y el teatro español del
Siglo de Oro, Universidad de Cádiz, Cádiz, 1998, que recoge los contenidos
presentados al II Congreso Iberoamericano de teatro, celebrado en Cádiz
[3]
Teresa Ferrer Valls (Dir.), Diccionario
biográfico de actores del teatro clásico español (DICAT), ed. Reichenberger, Kassel, 2008.
[4]
Documentado por Mercedes Agulló y Cobo, “100 documentos sobre el teatro
madrileño”, en Andrés Perales y otros, El
teatro en Madrid, 1583-1925. Del Corral del Príncipe al teatro de arte,
Ayuntamiento de Madrid, Madrid, 1983.
[5]
Documentado en la anónima Genealogía,
origen y noticias delos comediantes de España, edición de Shergold y Vare,
Londres, Tamesis Books, 1985.
[6]
Ignacio Javier de Miguel Gallo, El teatro
en Burgos ( 1550-1572). El patio de comedias, las compañías y actividad
escénica. Estudio y documentos. Burgos, Ayuntamiento de Burgos, 1994.
[7]
Mercedes de los Reyes, Piedad Bolaños Donoso, “Presencia de comediantes en
Lisboa (1700.1755), en Ysla Campbell
(ed.), El escritor y la escena. Actas del
I Congreso de la Asociación Internacional del Teatro Español y Novohispano, Ciudad
Juárez, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 1993.